miércoles, 24 de septiembre de 2008

Viaje a Marruecos en 1997

Marruecos, un país vecino que se encuentra a sólo 14 km. de España y es un gran desconocido para los españoles. Desde Madrid existen conexiones aéreas con varias ciudades de Marruecos, desde el sur peninsular conectan barcos cada pocas horas y las islas tienen vuelos directos desde Gran Canaria. La compañía de bandera marroquí "Royal Air Maroc" posee una importante flota de aeronaves, de forma anecdótica nuestro avión sufrió una avería y esperamos siete horas hasta reparar la aeronave con el repuesto que trajeron de Marruecos.

Marrakech es una de las ciudades situadas al suroeste de Marruecos, un oasis de palmeras, grandes mansiones, donde famosos artistas poseen grandes casas, (Alain Delon....), el colorido rojo se mezcla con el ocre, el verde de las palmeras y los naranjos con sus frutos que alegran las aceras de sus grandes avenidas.

En pleno centro de la ciudad se encuentra " La Plaza Djemma-el-Fna" con sus puestos donde se venden todo tipo de objetos típicos, zumos...etc. Está rodeada por un gran zoco, donde se exponen alfombras, especias, té, zapatos....etc. Por la noche la plaza se transforma en un espacio que mezcla el olor de las comidas, las carnes de cordero, cabra, pinchitos de carne de lobo y serpiente, con los encantadores de estas mismas, que por unas monedas te las enroscan en el cuello.

" La bebida de la hospitalidad marroquí es el té menta.

El Atlas circunda la ciudad de Marrakech, una inmensa cordillera de montañas nevadas que en su deshielo baja hasta el valle de Urrika, donde se utiliza el trueque para comerciar. Una vez a la semana bajan los bereberes ( Campesinos que habitan en a los pies del Atlas) al valle, traen sus burros cargados, cientos de animales que dejan atados en las patas delanteras, mientras ellos hacen sus transacciones.

En esta ciudad se celebra la fiesta de las mil y una noche, en el palacio que se rodó la película, colorido de grandes jaimas, música, cena y un gran espectáculo de caballos.

De Marrakech hasta Agadir 273 km. fuimos en gaugua de linea regular de los nativos, la cual tenia escalera en la parte de atrás para poder subir a la baca del techo y depositar los equipajes, cajas y demás enceres, en el interior, viajaban con gallinas y animales pequeños, todos abigarrados con los asientos rotos, sin cristales y un sin fin de paradas casi unas 30 en el trayecto por todos los pueblos, donde subían niños vendiendo dulces y huevos duros para ganar algún dinerillo.

Al llegar a la cuidad de Agadir era la hora de la oración, hay que esperar para tomar un taxi hasta la zona portuaria y turística, complejos de hoteles y apartamentos, tiendas para los visitantes, grandes playas invitan al baño en esta ciudad. De vuelta a Marrakech subimos en guagua de servicio para los funcionarios y turistas, sin paradas, con aire acondicionado y pase de películas.

Desde nuestra experiencia " Marruecos " es encantador.

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